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Yuyo Gardiol

En el momento que vi el galpón que se encuentra al lado de “La lavandería” supe que quería realizar mi muestra allí. Sin tener definidos muchos aspectos de cómo sería mi obra, el lugar me dijo todo.  Estar pensando una muestra en Madrid, ciudad a la que recién llegada y apenas comenzaba a conocer, y encontrarme con lo más parecido a uno de mis lugares favoritos del mundo fue mágico. Me permitió transpolar el galpón de mi abuelo, aquel lugar maravilloso en el que pasé mi infancia, jugando y aprendiendo entre herramientas de todo tipo, tierra y maderas. Galpón que hace muy poco dejó de existir y aunque sigue vivo en mi memoria hay un enorme dejo de nostalgia en mi.

 

Mi primera intuición fue comenzar a generar piezas a partir de una serie de objetos encontrados en la calle, continuando con la idea de la carga nostálgica que llevan los lugares y los objetos abandonados. Comencé entonces a trabajar en dos series según la naturaleza y características de cada objeto encontrado. A los primeros los intervine con plantas, accionando directamente sobre ellos, perforando sus partes para plantar todas las plantas que pueda a lo largo de mi residencia. A los segundos, objetos planos, los intervine a través de tranfers y cianotipias de imágenes que fui captando de la ciudad, mayormente de árboles, arbustos y flores. También, algunas piezas halladas contaban con tal belleza y carga simbólica por sí mismas, que sus intervenciones fueron mínimas buscando resaltar algunas de estas cualidades con la mayor sutileza posible.

 

Casi en simultáneo, surge una tercera línea de trabajo a través del video y la fotografía que concluye en dos piezas. La primera, un video, que presenta planos fijos de paisajes, como si de fotografías se tratase, buscando percibir y señalar la intervención mínima y sutil del viento sobre estos lugares que en principio parecen estáticos. Me gusta pensar en los cambios que generan las acciones simples, las pequeñas cosas, los movimientos casi imperceptibles; en el poder de la sutileza, de la suavidad y la calma; en la idea de la perseverancia de lo mínimo.

 

La segunda y última pieza, es quizás la que más se separa estéticamente de las demás. Se trata de un collage digital que luego imprimí en un lienzo de 1 x 5 metros. Compuse el collage con recortes de fotografías que tomé de los árboles que se encuentran en el parque del Retiro frente al Museo del Prado. Árboles muy fáciles de reconocer porque están podados con formas de pompones.

Los veo y no puedo parar de pensar en la persona que tiene asignada como tarea mantener esos pompones recortados. No puedo dejar de pensar en la belleza inútil de lo humano. Y ahí es donde todo vuelve a dar un nuevo giro dentro de esta espiral de nostalgia, recuerdos y belleza simbólica.

 

En un principio, cuando comencé la residencia, tenía la idea de que la instalación final sería una ficción de un mundo pos-apocalíptico, sin humanos, en el que las plantas comenzaron a apoderarse del lugar lentamente, con la calma y perseverancia que las caracteriza, aprovechando la libertad que les otorgaba la ausencia de la humanidad. Pero luego, mientras desarrollaba cada pieza, y me vinculaba más fuertemente con cada una, me resultó inevitable ver todas las acciones realizadas de las personas que aún habitaba en cada uno de esos lugares u objetos encontrados. Y ahí la presencia de lo ausente es tan fuerte que se hace visible.

 

La experiencia de residencia:

Explotando al máximo la capacidad de pensar con rapidez y claridad, dejándome impregnar por las corrientes de aire que se producen en la atmósfera al cambiar de latitudes. Me veo envuelta en una marea de pensamientos, olores, sensaciones, lugares nuevos que giran en espiral dando una nueva vuelta a mi trabajo.

 

Redescubro mis capacidades, volviendo a transformar sustancias duras, rústicas y desechadas, en piezas sensibles. Siempre rodeando la búsqueda de ese placer sensorial, intelectual, espiritual que nos inunda cuando somos atravesados por situaciones, experiencias y construcciones corporales que emiten su propia luz, que producen combustión y arden en un interior oculto.

 

Yuyo Gardiol

Yuyo ha tenido la oportunidad de trabajar en Black Balance y La Lavandería. Y su trabajo final pude ser mostrado como Open Studio bajo el nombre "Descubrir lo Invisible" en La Lavandería.

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