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Augusto Castellanos

Usar el Museo como un Ready Made

 

El encuentro entre Augusto Castellanos y el graffiti madrileño, fue inesperado, implicó un choque. 
Enfocado en analizar como interactúan la ciudad, la periferia y el graffiti mismo, su residencia es parte de un proceso que comenzó un tiempo atrás en México, cuando creó el proyecto MAHG - Museo de Antropología e historia del Graffiti, con el fin de preservar la memoria urbana y arquitectónica. 
En principio de su ciudad natal Nezahualcóyotl, luego ampliada al DF, la investigación en Madrid presupone analizar como interactúan éstos tres elementos, pero también persigue el objetivo museológico de preservar lo que es transitorio. 
Apropiándose de la estructura y definición de Museo, lo utiliza a modo de ready made o de objet trouvé (1) para hacer tangible y divulgar historias, gestos y grafismos que no pueden escindirse del contexto en el que fueron creados. Los vestigios son tomados en las propias escenas a modo de muestra científica, en las que Augusto recolecta pequeños fragmentos que dan cuenta de la temporalidad y, de la superposición o no, de esas pintadas para conservarlas en contenedores de cierre al vacío, que luego serán expuestos junto al registro fotográfico y, pinturas que -ficcional o documentalmente- pueden resultar como elementos de cierre circular de lo presentado. 
Mientras que en México DF la rapidez de la ejecución del graffiti, por su condición de ilegal y marginal, no permite realizar una correcta imprimación del muro previa a la pintada, Castellanos encuentra que, en Madrid, se sucede un riguroso proceso de preparado que asegura la correcta conservación de la pintada. 
Mientras que en Madrid existen sitios establecidos y zonas respetuosamente asignadas a cada grupo o autor, en México DF la superposición, y por lo tanto la consecuente desaparición de ese graffiti, construye en ambas ciudades un trazado rotundamente diferente y ese encuentro es que el que resultó tan contundente para el artista. 
Utilizando la transdisciplina como recurso artístico, se vale no solo de elementos que connotativamente provocan un traslado de ese enfoque específico vinculado a esas áreas del conocimiento hacia el mundo del arte, sino que los manipula de modo tal, que logra sostener el MAGH en una instancia de libertad, de no necesidad de ser inscripto en una categoría específica. 
[Se trata de] una necesidad de pertenencia que te hace consiente de lo que pasa, cuando dejas un “tag” o una “bomba” no solo estas diciendo “yo estuve aquí”, sino que también haces que ese lugar resalte y sea volteado a ver, este proyecto tiene como finalidad el preservar la memoria de esta zona con ayuda de su graffiti, mostrando un poco su urbanismo y la arquitectura, explica Augusto. 
Es en los intersticios de la tensión centro/periferia, de la puja entre convivencia y supervivencia, donde este proyecto transita y que, si logra seguir ampliando sus márgenes geográficas, tal vez pueda contar una nueva historia sobre el devenir del graffiti en el siglo XXI.

 

Texto curatorial Maria Lightowler
La Tolier , Madrid, España


 

Galeria del proceso

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